viernes, 17 de junio de 2011

LA CELULOSA EN LA DIGESTIÓN DE LOS BOVINOS.

Apesar de que está formada la celulosa por glucosas, los animales no pueden utilizar la celulosa como fuente de energía, ya que no cuentan con la enzima necesaria para romper los enlaces β-1,4-glucosídicos, es decir, no es digerible por los animales; sin embargo, el aparato digestivo de los rumiantes (pre-estómagos), de otros herbívoros y de termitas, existen microorganismos, muchos metanógenos, que poseen una enzima llamada celulasa que rompe el enlace β-1,4-glucosídico y al hidrolizarse la molécula de celulosa quedan disponibles las glucosas como fuente de energía.

Las actividades metabólicas de las bacterias rumiales pueden ser agrupadas en dos tipos: a) degradación de polímeros vegetales (celulosa, hemicelulosa y proteínas) hasta sus subunidades monoméricas respectivas y b) fermentación y subsecuente utilización de estas subunidades en producción de energía, esqueletos carbonados y amonio para biosíntesis microbiana.
    
La ausencia de aire (oxigeno) en el rumen favorezca el crecimiento de especies especiales de bacterias, entre ellas las que pueden digerir las paredes de las células de plantas (celulosa) para producir azucares sencillos (glucosa). 
Los microbios fermentan glucosa para obtener la energía para crecer y ellos producen ácidos grasas volátiles (AGV) como los productos finales de fermentación. Los AGV cruzan las paredes del rumen y sirven como fuentes de energía para la vaca.

Las especies de bacterias más importantes que degradan la celulosa son: Ruminococcus flavefaciens, Ruminococcus albus, Bacteroides succinogenes y Butyrivibrio fibrisolvens. Bajo determinadas condiciones especies tales como Eubacterium cellulosolvens puede constituir la bacteria celulolítica más importante en el rumen.

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